¿Porque los católicos no llevan Biblia a la Misa?





Esta es una pregunta que hacen muchos no católicos para inferir que los católicos no leemos la Biblia en la Misa, o que la tenemos en muy baja estima. Pero lo cierto es que los católicos si leemos la Biblia en la Misa, y no solo eso, estamos cumpliendo mas perfectamente el modo bíblico de leer la Biblia en comunidad como se hacia en el Antiguo y Nuevo Testamento, donde había un lector que leía de los libros sagrados a la comunidad.

Encima de esto, si atendemos a Misa todos los domingos habremos leído o mas bien escuchado que se lee, en un periodo de tres años la Biblia entera. Obviamente esto no significa que no debamos leer la Biblia en nuestras casas personalmente.  Cabe aquí añadir que debemos oír la Palabra de Dios con la actitud de quien se interroga ¿qué es lo que Dios me está pidiendo a mí en esta Misa en concreto? ¿qué es lo que Dios me quiere decir a mí en esta liturgia de la Palabra?

Pero la razón principal por la cual los católicos no llevamos Biblia a la Misa porque la misma Misa esta sumergida en la Biblia. Como diría Scott Hahn, teólogo protestante quien e convirtió al catolicismo en su primer Misa a la cual llevo su Biblia, “la Biblia ya no estaba junto a mi estaba frente a mi”. (1) De ahí que todas las partes de la Misa son bíblicas, como veremos a continuación.


Inicio:

Iniciamos invocando a la Santísima Trinidad signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Esta parte esta tomada de (Mt 28:19) “Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”. Por medio de este signo recordamos nuestro bautismo, y que somos pertenencia de Dios, a la vez que invitamos a las Tres divinas personas de que hagan de nosotros su templo durante la celebración y durante nuestra vida.


Saludo del celebrante

“Que el Señor esté con ustedes”  o también: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con ustedes” esto esta tomado de:  

  Corintios 13, 14: La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.

2ª Timoteo 4:22  El Señor esté con tu espíritu. Gracia a todos vosotros.


Yo confieso.

Hacemos una confesión pública a Dios de nuestras faltas de modo que podamos iniciar la celebración con humildad, reconociéndonos faltos de la gracia divina y de la intercesión de la comunidad a favor nuestro antes Dios iniciando con las palabras: “Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos que he pecado mucho…” Esto esta tomado de:

Salmo 32, Mi pecado te reconocí, y no te oculté mi culpa; dije: «Confesaré a Yahvé de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.


Señor ten piedad.

Seguidamente imploramos a Dios tenga piedad y misericordia de nosotros, esta parte de la Misa esta en:

Salmo 6, 3: Ten piedad de mí, Yahvé, que estoy sin fuerzas.

Salmo 27:7  Escucha, Señor, mi voz que te llama, ten piedad de mí, respóndeme.

Baruc 3:2  Escucha, Señor, ten piedad, porque hemos pecado contra ti.

Lucas 17:13  y alzando la voz, dijeron: Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros.


El Gloria.

Cuando glorificamos a Dios, entonamos el himno que los ángeles cantaron la primera nochebuena:

Lucas 2:14  ¡Gloria a Dios en lo alto y en la tierra paz a los hombres que él ama!


Liturgia de la Palabra.

En la liturgia de la Palabra se reproduce aquella escena de Nazaret, cuando Cristo asiste un sábado a la sinagoga: “se levantó para hacer la lectura” de un texto de Isaías; y al terminar, “cerrando el libro, se sentó. Los ojos de cuantos había en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír” (Lc 4:16-21). Con la misma realidad le escuchamos nosotros en la Misa, es Cristo el que nos habla atreves de las lecturas, principalmente cuando el sacerdote lee el Evangelio.


El aleluya.

Antes de que se lee el Evangelio se dice o se cante el Aleluya que es una adaptación de la expresión hebrea hallelú Yah, que significa “alaben ustedes a Yah” o “alabad a Yah”. Esto se encuentra en:

Salmo 135:1  Aleluya ¡Alabad el nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor

Salmo 150:1  ¡Aleluya! Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento.

Apoc 19:1  Después escuché en el cielo un rumor como de una gran multitud que decía: ¡Aleluya! A nuestro Dios corresponden la victoria y la gloria y el poder,

Apoc 19:3  Y repitieron: ¡Aleluya! El humo de ella asciende por los siglos de los siglos.


La Homilía.

Para la confección de la homilía suelen elegirse varias fuentes privilegiadas como son los textos bíblicos recién leídos, textos de los Padres de la Iglesia o de doctores y santos de la Iglesia católica. Esto se encuentra en:

Hechos 2:42  Eran asiduos en escuchar la enseñanza de los apóstoles…


Profesión de fe, también es bíblico.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,

Gen 17:1  Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo: Yo soy Dios Todopoderoso. Procede de acuerdo conmigo y sé honrado,

Creador del cielo y de la tierra.

Gen 1,1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

de todo lo visible y lo invisible

Colosenses 1, 16: porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él...

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,

Jn 3,16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Nacido del Padre antes de todos los siglos,

Heb 7:3  Figura sin padre ni madre, sin genealogía, sin principio ni fin de su vida.

Dios de Dios Luz de Luz, Dios verdadero de Dios  verdadero,

Col 1:15 “El es la imagen de Dios invisible".

Engendrado no creado,

Salmo 2:7  Voy a recitar el decreto del Señor: Me ha dicho: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.

De la misma naturaleza del Padre por quien todo fue hecho,

Heb 1:3 Él es el reflejo de su gloria y la representación exacta de su mismo ser..”

que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre,

Lc 1,35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.

Mt 1,22,23 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: = Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, = que traducido significa: «Dios con nosotros.»

padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

Jn 19,1-2 Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;

fue crucificado, muerto y sepultado,

Jn 19,17-19 y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»

Lc 23,46 y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, = en tus manos pongo mi espíritu» = y, dicho esto, expiró.

Lc 23,53 y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.

descendió a los infiernos,

1Pe 3,18-19 Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados,

al tercer día resucitó de entre los muertos,

1Co 15,3-4 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso,

Mc 16,19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.

Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos,

Hch 10,42 Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo.

Rom 5,5 y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

Como será de importante creer en el Espíritu Santo, que el mismo Jesús nos dice que el único pecado que no será perdonado, ni en este mundo ni en el otro es el pecado contra el Espíritu Santo.

la santa Iglesia católica,

Efe 5,25-27 Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.

Mt 16,18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Mt 28,19 Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

la comunión de los santos,

Apo 7,9 Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos,

el perdón de los pecados,

Jn 20,23 a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.

la resurrección de la carne

Rom 8,11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos está en ustedes, el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en ustedes.

y la vida eterna.

Apo 22,5 No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre.

Amén.

Apo 22,20 El que da fe de estas palabras dice: “Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.


Liturgia eucarística. 

El sacerdote se acerca al altar, tras recibir las ofrendas del pan y del vino, de manos de los fieles y dice: “Bendito seas Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida”. Esto esta en las siguientes citas bíblicas: (cf. 1 Crónicas 29:10; Salmo 72:18-19, 119:10; Lucas 1:68; Jn 6,23) “Bendito seas, Señor, Dios del universo por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación”. (cf. Lc 22:17-18; Jn 6:55). 



Seguidamente el sacerdote se lava las manos, mientras dice en voz baja: “Lava del todo mi delito limpia todo mi pecado”. Las palabras se remontan al Salmo 51,4: “Lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.” 

Acto seguido el sacerdote dice: “Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre todopoderoso”. Esto esta en: 

Oseas 14,2: “Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Dios, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios”. 

Levítico 22,19: “Y cuando ofrezcáis sacrificio de acción de gracias a Dios, lo sacrificaréis de manera que sea aceptable”.


Santo. 

Tras el prefacio tiene lugar el canto del "Sanctus" esto esta en: Isa 6:3 Y clamaban alternándose: ¡Santo, santo, santo, el Señor Todopoderoso, la tierra está llena de su gloria! Ap 4:8 Cada uno de los seres vivientes tenía seis alas, cubiertas por dentro y en torno de ojos. Ni de día ni de noche descansan diciendo: Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso, el que era y es y será.


Consagración. 

La víspera de su pasión tomó el pan en sus santas y venerables manos y levantando los ojos al cielo, a ti, Padre todopoderoso, te dio gracias lo partió lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad esto, todos ustedes, y comed: esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros. Esto esta en: 

Mat 26:26 Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed, esto es mi cuerpo. 

1ª Cor 11:23-24 Pues yo recibí del Señor lo que os transmití: que el Señor, la noche que era entregado, tomó pan, dando gracias lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía. 

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz una vez más, dándote gracias te bendijo, y la dio a sus discípulos, y dijo: Tomad esto, todos ustedes, y beber de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos, para que los pecados pueden ser perdonados. Haced esto en memoria mía. Esto esta en: 

Mat 26:27-28 Tomando la copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo: Bebed todos de ella, porque ésta es mi sangre de la alianza, que se derrama por todos para el perdón de los pecados. 1ª 

Cor 11:25 Lo mismo, después de cenar, tomó la copa y dijo: Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre. Haced esto cada vez que la bebáis en memoria mía. 

Después, oramos a nuestro Padre en las palabras que Nuestro Señor nos dio: (cf. Mt. 6:9-13). 

Luego le reconocemos con las palabras de San Juan el Bautista: “He ahí el Cordero de Dios...” (cf. Jn. 1:29,36).


Ósculo de la paz 

“Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: Mi paz os dejo, mi paz os doy”. Esto esta en: 

Juan 14, 27: Mi paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. 


Comunión. 

Sacerdote: Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo dichosos los invitados a la cena del Señor (Apocalipsis 19:9). 

Y antes de recibirlo en la comunión, respondemos con las palabras del centurión: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, mas una palabra tuya, bastará para sanarme.” Esto esta en: 

Mateo, 8, 8: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Di una sola palabra y mi siervo quedará sano. 


Rito de conclusión 

El Señor esté con ustedes. 

El pueblo responde: Y con tu espíritu. 

El sacerdote bendice al pueblo, diciendo: La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y descienda sobre ustedes: Esto esta en: 

2ª Cor 13:13 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros. 

El pueblo responde: Amén. 

Id en la paz de Cristo Congregación: Demos gracias a Dios. Esto esta en: 

2ª Cor 9:15 Demos gracias a Dios por su don inefable. 


Conclusión: 

Los católicos no llevamos la Biblia a la Misa porque lo que decimos y escuchamos en la Misa nos viene de la Biblia y lo que “hacemos” en la Misa, lo hacemos porque se hacía en la Biblia. Nos arrodillamos (cf. Sal. 95:6; Hech. 21:5) y cantamos himnos (cf. 1 Mac. 10:7, 38; Hech. 16:25); nos ofrecemos la señal de la paz (cfr. 1 Sam. 25:6; 1 Tes. 5:26). Nos juntamos alrededor de un altar (cf. Gen. 12:7; Ex. 24: 4; 2 Sam. 24:25; Apoc. 16:7), con incienso (cf. Jer. 41:5; Apoc. 8:4), servido por sacerdotes (cf. Ex. 28:3-4; Apoc. 20:6). Ofrecemos una acción de gracias con pan y vino (cf. Gen. 14:18; Mt. 26:26-28). Desde la primera señal de la cruz hasta el último amén (cf. Neh. 8:6; 2 Cor. 1:20), la Misa es un tapiz de sonidos y sensaciones, tejido con palabras, acciones y accesorios tomados de la Biblia. 

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(1) La cena del cordero pg. 28 

Sitios web consultados: 



http://apologeticacatolica.com/2010/10/26/la-misa-¿no-tiene-biblia/ 

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